En el año 1904 Don Alfredo Ardanza, uno de los fundadores de la empresa inicial y propietario de Bodegas Ardanza, propone la fusión de ambas sociedades. Para celebrarlo, se ofrece al mercado un vino muy especial entonces llamado Reserva 1904 pero que sería antecesor del actual Gran Reserva 904, probablemente el mejor de la bodega.
Un vino con una excelente relación calidad-precio, coupage de tempranillo y graciano, con cuatro años de crianza en roble americano. Un vino de gran equilibrio, muy seductor, otro gran clásico elaborado sólo en las mejores añadas.