Pocos vinos inspiran tanto respeto como los de Viña Tondonia. Abrir una botella de Viña Tondonia hoy, especialmente de sus Grandes Reservas, tiene algo de místico. Es como realizar, pausadamente, y con buena compañía, un viaje al pasado para disfrutarlo en el presente; un sentimiento parecido tal vez al que se percibe al penetrar en el laberinto de sus bodegas, unas impresionantes construcciones subterráneas, llenas de encanto, hogar perfecto para el reposo de estos caldos, personales y auténticos. Si los vinos de Viña Tondonia han gozado y siguen gozando de prestigio, no es por casualidad; han sabido crear y mantener su buen nombre con esfuerzo, dedicación y perseverancia, crear y mantener una bodega en el círculo de una familia.
Pero centrémonos en el vino y conformémonos con abrir uno de sus Reservas. Para empezar, nos preguntamos: ¿cuántos vinos podemos adquirir todavía hoy de esta añada, de Rioja o de cualquier otra zona? Es excepcional y muestra de la grandeza de esta casa: sólo el tiempo y el reposo en las mejores condiciones nos permitirán disfrutar de un gran vino. Un aspecto, esa lentitud, esa evolución pausada..., que nos hace asociar estos vinos tan especiales con el otoño o incluso con el invierno; inspiran serenidad, recogimiento, silencio, son vinos para la reflexión y tienen incluso algo de aristocrático. Permitámonos pues este pequeño lujo.
Abrimos finalmente la botella y la experiencia empieza a confirmarse en ese color rubí evolucionado pero todavía intenso, marcado ya con bordes teja. Un vino fino que acercamos a nuestro olfato para que nos seduzca con su finura y sutilidad. Desprende suaves aromas, de fruta madura, aromas frescos y muy agradables, sin estridencia alguna; todo está perfectamente conjuntado; una vez más, es un vino fino. Acaricia el paladar al entrar en boca, no es lo que se dice un vino complejo ni con gran cuerpo, sino que ofrece una bella experiencia: es un vino elegante y refinado, con nervio y fresco, envolvente y equilibrado. Un clásico con personalidad, un clásico lleno de vida.
NOTA: Viña Tondonia fue la primera marca de la casa y es también, en esencia, el viñedo principal, un hermoso viñedo de más de 100 hectáreas, situado en la margen derecha del río Ebro, formando un paisaje de aluvión, caliza y chopos, que el fundador de la bodega, Don Rafael López de Heredia y Landeta, plantó en los años 1913-1914 en su afán por asegurar la calidad en su origen, la viña, en la que el trabajo se lleva a cabo de forma manual.
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SKU: 005
€52.95Precio
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